domingo, 1 de mayo de 2011

CRÓNICA DEL AÑO PASADO.


Según las estimaciones oficiales realizadas por autoridades municipales de Manta, la ciudad creció 12 veces (infraestructuralmente) en los últimos 30 años y su población se habría duplicado en las últimas dos décadas. Este vertiginoso incremento poblacional supera el 4%, cifra mayor a la de la tasa promedio del país que es de 2.5%. Al mismo tiempo, en los últimos 10 años, el parque automotor se duplicó. Esta realidad estadística obliga una expansión urbanística ordenada con los retos considerados en infraestructura, servicios básicos, centros de salud ágiles y demás asistencias públicas y privadas eficientes. El espacio físico para la implementación de viviendas, la generación de empleos, así como la erradicación de la inseguridad proporcionada por la delincuencia común y organizada son desafíos que demandarán más exigencias a corto plazo.
 
Es de conocimiento público que el pasado 10 de julio de 2010 se efectuó la firma de un convenio de crédito por 35 millones de dólares entre el Banco del Estado (BEDE) a través de su gerente general Eco. Diego Aulestia y el alcalde de Manta Ing. Jaime Estrada Bonilla. Los rubros financiarán la primera etapa del Plan Maestro Hidrosanitario (PMH) para la ciudad y estos son: 31.000 conexiones de alcantarillado; planta de tratamiento de 25.000 m3. Colocación de 310 kilómetros de tuberías a lo largo de la ciudad. 35 kilómetros de una línea de conducción de agua cruda desde Caza Lagarto. Colectores en la Av. 113, Barrio Umiña, 5 de Junio, Barbasquillo, 15 de Septiembre. Ampliación de las lagunas de oxidación. Construcción de colectores sanitarios a lo largo del Río Manta y Río Muerto. Obras que se pondrán en marcha financiadas con el 40%, de los 35 millones aprobados, desembolsado en primera instancia por el BEDE y, de los que el Estado subsidia en un 60%. La segunda y tercera fase son un complemento que comprenden el cambio de redes de aguas servidas y lluvias, tuberías del alcantarillado de diferentes barrios que ya cumplieron su siclo de vida y están obsoletas serán mejoradas con diámetros mayores y otros tipos de materiales. 

En alcantarillado, se construirá un Colector en las márgenes del Río Muerto, ubicado a la altura de La Fabril y en su trayecto receptará las aguas servidas de Divino Niño, Los Cactus, La Pradera, Los Bosques, Los Almendros, El Palmar, La Florita y otros. En los márgenes del Río Manta se edificarán dos colectores, uno en cada lado, que brindarán sus servicios a los barrios: 5 de Junio, 15 de Septiembre, 4 de Noviembre, Miraflores, 8 de Enero, Abdón Calderón; además, se incluye sistemas de alcantarillado y cambio de las aducciones de la red de agua potable en el sector alto de Santa Martha. Desde la antigua vía Manta – Portoviejo se construirá un colector a lo largo de la avenida 113, que pasará por Industrias Ales y se conectará a otro colector que va a Miraflores, cuya estación bombeará las aguas hasta las lagunas de oxidación que también serán ampliadas.

En varias localidades de las parroquias Los Esteros y Tarqui, se construirá un nuevo sistema de alcantarillado y de agua potable. Además, la estación de bombeo de aguas servidas de Los Esteros será repotenciada. Así mismo, en Barbasquillo y Umiña se construirá un sistema de alcantarillado y la estación de bombeo que está en la playa será reubicada. En el tema, Planta de agua, se prevé cimentar la Planta de Tratamiento de Agua Potable con capacidad para 25.000 metros cúbicos, en propiedades de la EPAM, ubicadas en Colorado, la que recibirá el agua cruda desde  la planta de Caza Lagarto de Santa Ana. Con esto también se moderniza la Empresa Pública “Aguas de Manta” (EPAM) que deberá brindar un servicio adecuado y eficiente ya que el crédito no es subsidiado en su totalidad y un porcentaje lo deberán costear los ciudadanos mediante el cumplimiento de los pagos por servicios básicos en la ciudad.

Sin embargo, las proyecciones de la municipalidad vislumbran que Manta duplicará su población en los próximos 20 años, de ahí que, los proyectos desarrollados para ejecutarlos a corto, mediano y largo plazo deben encaminarse acorde a las exigencias futuras. Según el INEC continúan las autoridades mantenses la urbe necesita 30 mil viviendas en la actualidad; aparte del déficit cualitativo de domicilios, es decir las casas precarias existentes que necesitan reubicarse o mejorarse, cuyo aproximado es de unas 5 mil unidades. La creación de la Empresa Municipal de Vivienda, priorizará esta problemática y hasta el 2013 estiman construir unas 10 mil viviendas consolidando una alianza donde el Municipio pone las tierras (ya expropiaron 357 hectáreas para este fin), el sector privado ejecute y, el Gobierno u organismos privados financien. Estos pronósticos entrevén la aparición de nuevas ciudadelas que también demandarán eficientes servicios básicos como los anteriormente mencionados.

Según el alcalde Jaime Estrada Bonilla, Manta, es uno de los primeros cantones que cuenta con la Planificación Territorial con el apoyo de la SEMPLADES para llevar adelante los procesos de Ordenamiento Territorial. Pero ¿cuáles son los escenarios urbanos para el desarrollo poblacional de la ciudad?, ¿dónde se intervendrá o hacia dónde se extenderá la ciudad?. Entre la información que proporcionan oficialmente desde la municipalidad, el primer punto es consolidar la zona urbana actual; a más de, continuar con una zona de expansión urbana inmediata y, dejar preparado un territorio para el futuro. Una vez que esté apto el territorio se necesitarán nuevas normas para la ciudad, el Reglamento Urbano de Manta, con reglas de urbanismo, arquitectura, construcción, gestión del suelo, etc.

Otro tema es el de la movilidad, las ciudades no fueron diseñadas para la escala actual. Tenemos un grave conflicto frente a La Posa, donde el masivo congestionamiento vehicular delata la falta de diseño técnico en los corredores viales de la ciudad. Para dar solución a esta problemática explican desde el Cabildo mantensecontrataron la realización de estudios que permitan una movilidad rápida para lo cual se hablaba de sacar el redondel e implementar semáforos. Sin embargo, en la simulación con semáforos, incluidas en el estudio, el problema persistía, entonces se determinó la solución implementando los pasos a desnivel, proyecto que a decir de autoridades municipales ya está en Quito, financiado y arrancaría el próximo año. Pero ¿por qué el Gobierno central construirá este proyecto?, nos explican que este paso elevado es considerado un elemento accesorio entre el Puerto y el Aeropuerto que son infraestructuras de interés nacional y, que a la vez, generan un tráfico adicional en la ciudad, razón por la que el Gobierno asume responsabilidad en la obra.

Los estudios para la movilidad también proyectan la creación de nuevos corredores viales de la ciudad con sus estructuras, nomenclaturas, señaléticas (…); al mismo tiempo, otro componente que ya está aprobado por la Ordenanza, es el Sistema Regulado de Parqueo, que abarcará, una primera zona, desde el malecón hasta la avenida 17 y, desde la Avenida de la Cultura hasta la calle 15. En esos sectores que concentran masivamente la utilización de los parqueos públicos, se trabajará para racionalizar su uso y democratizar el espacio oficial.

Otro de los temas inherente al desarrollo socio–infraestructural de Manta es el fenómeno comercial incrementado vertiginosamente en los últimos años. La red de mercados que existe en la ciudad es precaria, y otros están sub-utilizados, al menos en los centros populosos donde se dinamiza la oferta y la demanda a través de la comercialización directa entre el ofertante y el consumidor, un ejemplo, el tradicional Mercado de Tarqui, donde convergen miles de vendedores en locales autorizados, puestos improvisados que ocupan la vía pública, recorredores o ambulantes, etc.; este sector productivo es cotidiano para los manteses ya que está arraigado en su cultura laboral ancestral, pues cerca de allí está la playa, caleta pesquera artesanal para consumo interno de la provincia de Manabí. Además, Playita Mía, centro de expendio de mariscos frescos; el Parque del Marisco, localidad típica y gastronómica con materia prima del mar considerado prioridad turística; el Astillero, donde decenas de personas construyen y reparan barcos pesqueros; así mismo, en los alrededores del Mercado de Tarqui, confluyen casi todas las líneas de buses urbanos que recorren la ciudad; se sitúan centros de expendios de víveres de primera necesidad, entre ellos, Almacenes Tía, Gran Akí, Velboni, entre otros, incluso varias sucursales de prestigiosas entidades crediticias, Banco Pichincha, Banco Pacífico, Mutualista Pichincha, Unibanco…; también una agencia de la Empresa Eléctrica y, es una zona hotelera. Principales ingredientes que hacen de esa área un punto dinámico en la economía de Manta.

La saturación del Mercado de Tarqui y sus alrededores, es una problemática que requiere planificación inmediata socializada con los comerciantes organizados autónomos y las autoridades; de ahí que, la municipalidad contrató los estudios del Sistema de Comercialización para Manta, con el que se prevé recuperar el espacio público y, a la vez, los vendedores tengan un lugar adecuado para que sean competitivos y rentables. Este proyecto consiste en construir un nuevo mercado en la parroquia Eloy Alfaro, que permita disminuir la gran concentración de comerciantes en Tarqui, optimizar el mercado de Los Esteros, inclusive a otras infraestructuras que tiene el Municipio, en diferentes localidades de la ciudad, darles un sentido comercial y, paralelamente, entrar a la remodelación en Tarqui donde existe la Unión de Asociaciones de Comerciantes Floresmilo Mendoza Catagua, que aglutina a casi 1500 vendedores repartidos en 17 Asociaciones, es decir, alrededor de 1500 familias que dependen directamente de los trabajos comerciales que se realizan en ese sector.  Además, conjuntamente la municipalidad con la Cámara de Comercio amplían un plan más ambicioso donde será posible que Manta se convierta en una ciudad de eventos con centros de convenciones permanentes de escala local, nacional e internacional para armonizar la economía a través de un comercio ordenado y planificado.

Por otra parte, el esquema de seguridad ciudadana se coordina mediante acciones con la Policía Nacional y líderes de los barrios –dicen las autoridades– que el Municipio incentivará la estructura de seguridad a través de Brigadas Barriales, para lo cual proporcionará obras adicionales como premio a los barrios que constituyan y ejecuten seguridad de forma organizada y que demuestren la colaboración en el tema. Además se agilitan medidas con la Corporación de Seguridad, pero advierten que es una problemática en la que se tienen que inmiscuir todos los ciudadanos. Un ejemplo, las autoridades policiales acantonadas en la parroquia Tarqui y Manta proyectan un sinnúmero de estrategias para conjuntamente con la ciudadanía tener una ciudad segura. Los líderes de las asociaciones afiliadas en la Unión Floresmilo Mendoza Catagua y la Policía implementan seminarios a los cientos de comerciantes del Mercado de Tarqui para brindarles estabilidad y seguridad a los compradores que allí confluyen.   

El seguro crecimiento poblacional de Manta a futuro incrementará el déficit laboral con sus repercusiones en el entorno socio-familiar. De ahí que, es necesario implementar fuentes laborales que empleen dignamente a esos ciudadanos. Según las proyecciones del Municipio, Manta duplicará su población en los próximos 20 años y necesitan generar por lo menos 50 mil empleos. Las ideas que fluyen al momento es que la municipalidad prepare el territorio y la primera propuesta sería generar un corredor económico, un circuito de aproximadamente 30 kilómetros que una al Puerto y la industria –donde se focalizan nuevos emprendimientos y asentamientos industriales–. La idea es vincular los cuatros proyectos que son: Puerto de Manta, Refinería del Pacífico, Aeropuerto y el corredor a Manaos; además se conjugará un quinto frente que ya se está desarrollando, la Zona Económica Especial, todo reglamentado bajo el nuevo Código de la Producción. Estas aspiraciones tienen que ir de la mano con el Gobierno Central. Equivalente a ello, es perentorio que todos los sectores productivos den apertura a nuevas fuentes de trabajo. Además, que las zonas agrícolas que están al sur y la parte central de la región se organicen en sus procesos de manufactura, que agreguen valor a sus productos y se adhieran en los macro-proyectos para equilibrar a la población. El objetivo no debería ser solamente construir ciudad, también hay que construir sociedad. Es el llamado a los diversos sectores productivos asentados en Manta.

POR: FRANKLIN PINELA MANTUANO
Trabajo solicitado para suplemento de diario "El Mercurio" de Manta. (2010).

RAFAEL CORREA DELGADO, hizo realidad el sueño del bicantonal puente Bahía - San Vicente


Tras recibir honores cívicos y militares en horas de la mañana, la tarde y noche del 3 de noviembre de 2010 Bahía de Caraquez vivió una fiesta inolvidable de la que quedará constancia en las páginas de su historia. Fue formalmente inaugurado, por el presidente de Ecuador Rafael Correa Delgado, el imponente puente “Los Caras” que une a los cantones Bahía de Caraquez y San Vicente, ubicado en la desembocadura del Río Chone hacia el Océano Pacífico, en la parte norte de la provincia de Manabí y que al momento es el más largo del país. La bicantonal obra diseñada y construida por ecuatorianos a través del Cuerpo de Ingenieros del Ejército (CIE) de Ecuador, se formalizó el 26 de febrero de 2007, cuando el Estado les encarga la ejecución de varios proyectos considerados emergentes y fundamentales, entre ellos, el puente Bahía – San Vicente. En el Ministerios de Transporte y Obras Públicas (MTOP) reposaban los estudios del proyecto original para su construcción cuyo valor fluctuaba entre los 115 millones de dólares. Ellos entregaron la documentación al CIE para que hagan un rediseño que abarate costos. Entonces, en base a los estudios geotécnicos, hidrológicos, de Impacto Ambiental, etc., entregados por MTOP en la documentación que proyectaba en primera instancia la construcción de la obra, el CIE realizó un primer rediseño donde, estrictamente el puente, costaba 93 millones de dólares, aproximadamente.        

Al iniciarse la construcción basados en ese primer rediseño, en enero de 2008, los peritos se encuentran con la novedad de que los estudios de suelo que tenían que hacer en cada sitio donde iba una de las estructuras para el puente demostraban que la información que les había proporcionado el MTOP estaba herrada. El tipo de suelo no correspondía a lo que especificaba esa información en diferentes variables ó, en algunos casos, la profundidad a la cual estaba la roca era diferente a lo manifestado en esos estudios y, por consiguiente, ese primer rediseño dejó de ser valedero. Entonces se realizó un segundo rediseño, en enero de 2008, liderando como asesor estructural para el diseño y construcción del puente, el Ing. quiteño Marcelo Romo, quien había participado en el proyecto desde 2007 en apoyo al Ing. encargado del primer rediseño. Mientras el grupo de profesionales en distintas áreas proyectaban el rediseño definitivo del puente, durante ese año (2008), estuvieron paralelamente construyendo y rediseñando de manera simultánea; entonces edificaron las dos partes “menos complicadas” de la obra que en primera instancia se rediseñaron para ganar tiempo, el acceso desde Bahía de Caraquez y el acceso desde San Vicente. También el tramo central de la obra. Ese fue el diseño definitivo donde, estrictamente el puente, costaba aproximadamente 93 millones de dólares.  

Sin embargo, por petición de los alcaldes de Bahía y San Vicente, se incluyeron obras adicionales como el malecón donde inicialmente sus accesos estaban en pavimento asfáltico y se convirtieron en pavimento rígido cuyo costo es más alto; también, se ensanchó el puente que originalmente tenía un ancho de 12 metros 20 y pasó a 13 metros 20 para incluir una ciclovía que no tenía el diseño original, donde habían solo un par de aceras de un metro cada una. Con ese metro adicional de ensanchamiento se incluyó la ciclovía junto a la acera. Existe una franja de tres metros destinadas a bicicletas y peatones. Además, la parte arquitectónica tuvo cambios, pasando de un puente que solo servía para, en este caso, cruzar de un cantón al otro, a una megaobra que el viandante puede disfrutar ya que en su trayecto existen lugares de descanso con vistas turísticas y paisajísticas excepcionales; la iluminación en la noche es simplemente espectacular. Todos esos adicionales significaron que el proyecto pase de los 93 millones a 102.5 millones de dólares que es el costo total de la obra, cuyo jefe de proyecto fue el General Mosquera.

Considerado un hito en la ingeniería de Ecuador por su nivel de complejidad constructiva, el puente sobre el estuario del Río Chone tiene las siguientes características en cuanto a longitud: rampa acceso Bahía 120 metros; rampa acceso San Vicente 150 metros; tramo Central de 1.710 metros que dan un total de 1.980 metros entre Estribo 1 y Estribo 2. Su longitud en el agua es de 1790 metros. Adicionalmente, tiene accesos en San Vicente 1.128 metros y en Bahía 2.436 metros. Su ancho es de 13.20 metros, dos carriles de circulación, dos espaldones de seguridad, una ciclovía, un paso peatonal y tres balcones de descanso para los turistas. Su estructura reposa sobre varios cientos de pilotes (más de 300) unidos a decenas de pilas. También decenas de postes inoxidables de 11 metros para la calzada y de 6 metros para la ciclovía, ubicados cada 25 metros, proporcionan la iluminación eléctrica. Existen varios tipos de iluminación implementadas en el puente: la iluminación superior que es vial, la iluminación peatonal y, la iluminación decorativa por debajo del puente, se han escogidos dos colores, para que sean vistos cuando el viajero entra a Bahía, observará al puente de color azul. Cuando está saliendo de Bahía lo verá de color verde y, si el turista está en el malecón, verificará ambos colores simultáneamente.

Para la edificación del puente más largo del país, según, Marcelo Romo, se utilizaron distintas metodologías de construcción, por ejemplo, buena parte de la obra la hicieron desde el agua. En la realización de puentes se acostumbra iniciar desde las orillas y se avanza hasta que ambos tramos se encuentren. En Manabí se abrieron varios frentes, uno en Bahía, otro en San Vicente y un tercero en el centro del estuario del Río. Los tres frentes avanzaban simultáneamente, esto les permitió ahorrar tiempo.       

Los pilotes son unos tubos metálicos, de acero en este caso, de 2 ó 2 centímetros y medio de espesor que se clavan en la tierra hasta que el suelo sea capaz de resistir una carga similar a la que soportará el puente, multiplicado por algo que los ingenieros llaman, un factor de seguridad, que anda en el orden de 2.5 o más. La necesidad de estas metodologías es para diagnosticar el sismo de diseño y verificar que el pilote resista 350 toneladas; en el caso del puente entre Bahía – San Vicente, estaría resistiendo alrededor de 800 ó 900 toneladas lo que les da un margen de seguridad sumamente amplio. Los pilotes se fabrican con planchas de acero, metal que no es producido en Ecuador, de ahí que el producto fue importado. Aproximadamente, pueden estar circulando 450 volquetas grandes cargadas al mismo tiempo y al puente no le pasaría nada.

Para el hundimiento de los pilotes se emplean martillos para hincado de pilotes especiales, equipos que pueden medir en altura de 4 a 5 metros y que, en el caso del puente, a través del uso de diesel, se levanta y cae con cierta velocidad que golpea al tubo clavándolo al suelo. Aquí se utilizó el equipo de mayor capacidad que existe en el país. Llegaron a hincar, el pilote estructural más profundo del Ecuador, 76 metros. La parte superior de los tubos o pilotes, aproximadamente 10 metros y medio y, 12 ó 13 metros en sitios donde el nivel de agua es más profundo, se rellenaron con hormigón y varillas de acero. La razón es que al ubicarse el puente en el estuario del río, deben resistir las influencias de las mareas y esto significa que el tubo es propenso a corroerse, además, el golpeteo del oleaje causaría que poco a poco se descascare el tubo metálico a diferencia de la parte que está hincada en el subsuelo que no tiene ese problema, sí es propenso a dañarse pero le tomaría unos 500 años hasta desaparecer y el tiempo de vida de este puente está estimado para unos 100 años. 

La columna de hormigón colocada dentro del tubo en su parte superior, tiene la misma capacidad resistente que el tubo solo, de tal manera que si después de 50 ó 60 años se observa que el oleaje ha destruido al tubo queda la columna de hormigón intacta y el puente sigue su funcionamiento normal. Al menos esa era la hipótesis inicial. Sin embargo, al avanzar la construcción sucedió que alrededor de los tubos, de manera natural, se ubicaron e impregnaron conchas marinas, las mismas que se encargan de proteger al tubo fabricado de acero altamente resistente a la corrosión. La parte alta de los pilotes tienen el doble de la capacidad con la que normalmente se hubiera diseñado un puente. La altura o galibo del puente desde el nivel del agua hasta el nivel inferior de las vigas es de 8 metros y medios aproximadamente para la marea máxima diaria. Para la marea máxima anual se reduce a 7 metros y medios, que es la altura suficiente para el tipo de embarcaciones que circulan, como las pangas y gabarras. Los veleros no pueden circular por debajo del puente, pero normalmente los veleros no navegan en el río, se estacionan allí para los turistas, reciben determinados tipos de servicios mientras el turista se pasea por otros puntos del país. La altura desde el suelo bajo el mar hasta la parte inferior del puente puede medir hasta 20 metros. Hay lugares en la zona central del río que son más altas y cuando la marea baja se forma una especie de isla, allí se estaría hablando de unos 8 ó 9 metros de altura nada más.

Aparte de las 1.800 personas entre civiles y militares especialistas en diferentes áreas que, aunque de manera rotativa, directamente laboraron en la construcción del puente, es difícil cuantificar cuántas trabajaron indirectamente a través de las empresas que se esmeraron en proveer diferentes tipos de productos necesarísimos para la total edificación de la obra, como: barandas, asfalto, la construcción de las lozas de hormigón que se las realizó con subcontratistas ecuatorianos en su mayoría mano de obra manabita, etc.; además, los materiales importados. Se estima que fueron cientos de personas. Para asegurar la resistencia del puente “Los Caras” se introdujeron innovaciones tecnológicas nunca antes utilizadas en Ecuador; por ejemplo, en el tramo central, que es el punto más delicado por estar en el agua y tener pilotaje extremadamente profundo, se le adaptaron aisladores sísmicos de triple péndulos friccionales cuya funcionalidad es transformar las grandes fuerzas que provienen del sismo, en desplazamientos importantes que le permita sobrevivir al puente, para esto, en la entrada y salida del tramo central tiene unas juntas especiales pioneras en el país y, cuya separación es de 45 centímetros, para que el puente pueda desplazarse por encima de los aisladores sísmicos y se precautele su integridad infraestructural. Otra de las innovaciones tecnológicas utilizadas está a nivel de la cimentación, es el uso de Las Pruebas Dinámicas para medir la capacidad del pilotes, utilizando estas pruebas se verificó, probando más de la tercera parte de los pilotes, que tienen un coeficiente de seguridad con relación a la carga máxima que aparece después del análisis estructural del orden de 2.5 o más.      

Este puente podrá resistir los siguientes potenciales escenarios, según sus especificaciones técnicas, un sismo con aceleraciones de 0.4 gravedades, equivalentes a 8 grados en la escala de Richter, absolutamente con cero daños; excepto la caída de alguna luminaria o el daño de una de las juntas no sísmicas. Esto no representaría inconveniente alguno porque el ancho de las juntas de dilatación es de apenas 8 centímetros y cualquier vehículo podría transitar sin problemas. Y, un sismo con una aceleración en la roca del orden del 60% de la gravedad, equivalente a un sismo, que se produzca en la unión de la placa de nazca con la placa sudamericana con una magnitud de 8.5 en la escala de Richter, algo parecido a lo que ocurrió recientemente en Chile, cuando ocurra eso, se tendrán los máximos desplazamientos permitidos en el puente, es decir puede llegar a 40 ó 45 centímetros de desplazamientos, se dañarían con certeza todas las juntas, pero estructuralmente el puente va a seguir funcional y la reparación sería cosmética.

Para que circule el agua lluvia se le ha dado una pendiente transversal al puente en el tramo central que es donde podrían producirse empozamientos. Esa pendiente se la logró en la parte de la calzada vehicular haciendo que el espesor del pavimento tenga 10 centímetros en el centro y solamente 5 centímetros hacia los extremos, la caída es suficiente porque, además, hay un número significativo de desagües a lo largo del puente. Los barandales, antes de colocarles la pintura decorativa fueron bañados con pintura antioxidante. En el caso de los postes de iluminación fueron fabricados con acero inoxidable traído de Suiza. Entre los materiales importados están: los aisladores sísmicos, tecnología patentada en Estados Unidos; las planchas de acero; los postes de iluminación; los sistemas de iluminación decorativa; estas compras se las hicieron a través de una empresa local porque así lo exige la ley para las instituciones públicas. El puente tiene dos carriles vehiculares, con espaldones de un metro de ancho cada uno, esto significa que en un caso de emergencia, los dos carriles se pueden convertir en tres carriles vehiculares. Para la construcción de esta obra se necesitaron: Ingenieros Civiles y eléctricos, especialistas en estructuras, en geotecnia o suelos, en la parte hidrológica, en topografía, en la parte hidráulica sanitaria para el sistema de transporte de aguas lluvias y aguas negras; arquitectos, paisajistas, entre otros que aportaron con sus conocimientos profesionales. 

Son solo varias de las especificaciones técnicas, cuya aplicación realizada por ecuatorianos, forjó la consolidación del puente “Los Caras”, que por su ubicación sufre la influencia de aguas oceánicas, es decir, el agua circula desde el río hacia el océano y desde el océano hacia el río, la ventaja es que el río es relativamente plano en esta zona y las velocidades con las que circula el agua son pequeñas, en un 1.5 metros por segundo; sin embargo, cuando se tienen aguajes podrían a llegar a ser de 2.5 y hasta 3 metros por segundo, comportamiento que influye en el diseño del puente. Las grandes velocidades de agua, aunque en este caso por ser macizo no existe la posibilidad de que se empiece a remecer, sí pueden producir socavación del material que está alrededor de los pilotes. Pero la experticia utilizada para montar esta infraestructura garantiza su estabilidad y proyecta vida de utilidad para 100 años. Es importante que las autoridades de los cantones hermanados por esta megaconstrucción implementen sistemas de vigilancia y seguridad en el tránsito vehicular y peatonal para que el júbilo por tener la obra soñada no se convierta en el dolor familiar por perder a seres queridos en algún accidente, ya que, por allí caminarán niños y niñas que al salir de la escuela juegan a diestra y siniestra mostrando su inocencia ante cualquier peligro que pudiera suceder. Así mismo, deben aprovechar dando buen uso a las infraestructuras que el MTOP a través de convenio, les permitirá usar, son los campamentos que los militares utilizaron para su estadía en ambos cantones. Instalaciones que en Bahía se aproximan a los 20 mil metros cuadrados y en San Vicente entre los 8 y 10 mil metros cuadrados.          
POR: FRANKLIN PINELA MANTUANO
MATERIAL SACADO DE ARCHIVOS DE REVISTA LA GENTE DE MANABI

CRÓNICA DEL AÑO PASADO

LA ZONA RURAL,
CONTRASTE DEL MANTA DESARROLLADO
El pasado miércoles 13 de octubre de 2010, pensando que a toda hora había carros disponibles para viajar al centro de Ligüique, llegué a las nueve de la mañana a los alrededores del Mercado Municipal Central de Manta sector donde estacionan las camionetas que facilitan la movilidad hacia la zona rural. Pregunté a los chóferes ¿quién saldría hacia el lugar antes mencionado?; todos coincidían que solo uno de entre todos ellos se dirige hacia ese punto ya que los demás hacen el recorrido pero no entran hasta el pueblo pues se dispersan hacia otros poblados como San Mateo, El Aromo, Pacoche, San Lorenzo, Río Caña, Las Piñas, El Abra y Santa Rosa.

Me acerqué para dialogar con el único conductor que cubre la ruta que me interesaba, el señor Vicente Reyes, manifestó que iniciaría el viaje entre las diez y treinta u once de la mañana. Mientras esperaba observé que en ese lugar confluyen un sinnúmero de habitantes oriundos de los pocos fragmentos agrarios que aún conserva Manta. Se distinguen por la educación campestre al saludar y hablar. Ellos cuentas de las precarias carreteras internas de sus localidades. Que no tienen agua, la energía eléctrica es deficiente, ni siquiera señal telefónica hay, comentan. Reniegan de sus líderes rurales. Sin embargo, escuchan y palpan la obra municipal de la actual administración en áreas urbanas de Manta, de la misma forma, la labor que realiza el Gobierno central del país a nivel de vías; para ellos eso es esperanzador y desean que sus comunidades pronto sean tomadas en cuenta.

Ligüique es una de las comunas más antiguas del Ecuador, según datos de la Federación de Comunas, en 1933 los habitantes del sector solicitaron la categoría de Comuna perteneciente a la Parroquia San Lorenzo; recién en 1952 se concretó ese petitorio. Sin embargo, a finales de 2010 aún no cuentan con servicio de transportación pública constante. Los ciudadanos de ese hermoso y turístico sector rural de Manta, convergen en los alrededores del Mercado Municipal Central de Manta, allí don Vicente Reyes, habitante de Ligüique, en una pequeña camioneta presta el servicio de transportación a sus coterráneos en un horario específico, pues no es a cada rato. Él explica que tienen divergencias con los chóferes de los carros inter-cantonales que cubren la ruta Manta – Jipijapa, pues no les quieren dejar laborar a las camionetas, lo cual estaría bien, si los buses en mención, ingresaran a cada uno de los poblados rurales apostados a lo largo de la conocida Ruta del Sol o Spondylus lo cual no ocurre, un ejemplo es que esos buses recorren la ruta Spondylus, pero desde allí los habitantes de Ligüique deben caminar 45 minutos aproximadamente hasta el centro de su localidad, a donde sí llega la camioneta conducida por Vicente Reyes.

Iniciamos nuestro viaje, en cuyo recorrido visualicé que desde la urbanización Manta Beach los trabajos de regeneración y ensanchamientos de vías no paran, se extienden por la costanera hasta la entrada de San Mateo. Luego un complejo deportivo y un pequeño sub-centro de salud, una escuela y los alumnos con sus zapatos y pantalón de uniforme empolvados, casitas de caña guadua, mixtas y de hormigón armado, en su mayoría de una planta, revelan el asentamiento de un poblado que las señaléticas viales distinguen como sitio El Aromo. De igual manera continúa la entrada a Pacoche y el sitio San Antonio; de pronto a pesar del radiante sol los pasajeros empezaban a abrigar a sus hijos, es que en esa zona el clima cambia por completo, de soleado a cálido y luego el frio. El boscaje seco y desértico suelo que se observó hasta la llegada a San Antonio, ahora se torna frondoso y verde, un micro clima único, limpio e inspirador.

Continuando por la Costanera un camino empedrado con un letrero indican que allí es la entrada a Ligüique, es decir el sitio donde se quedan los pasajeros que abordan los buses que cubren la ruta Manta – Jipijapa, “desde allí hasta el centro de Ligüique hay 45 minutos a pie, caminando duro”, indica don Crisanto Reyes, quien viaja a nuestro lado. Pero como nosotros transitamos en el vehículo que conduce don Vicente no tendernos que caminar, claro porque es verano, si fuera invierno otro sería el cantar.

Don Crisanto Reyes, tiene 62 años de edad, es ex dirigente de su natal Ligüique y un conocedor de los pros y contras del sector que en un tiempo fue netamente agrícola. En la actualidad los habitantes se dedican a la pesca; “otros se fueron para la ciudad a trabajar”, señala don Crisanto, quien a nuestra llegada me invita a sentarme en la sala de su vivienda, allí su esposa, doña Aidé López Mero, me recibe con hospitalidad a través de un afectuoso saludo, comportamiento característico de los manabitas. Él es un orgulloso de su tierra y sus costumbres, de sus dialectos, de su gente; pero denuncia que su localidad ha sido descuidada por los líderes a quienes les concierne trabajar por la zona rural como don Segundo García y el presidente de la Junta Parroquial don Salomón Rivera, quien la única canción que conoce es –no hay presupuesto–.

Añade: “Hay cosas como la luz –energía eléctrica– que un día se va y otro día llega, es un servicio ineficiente; ni se diga el agua que nos la dan cada 15 días o cada mes, a veces compramos a los tanqueros –se abastecen a través de tanqueros–. En la montaña hay bastante agua, no sé qué pasará, si son los trabajadores o el presidente de la Junta de Agua, Raúl Calderón, habitante de Pacoche, que no abren la llave de paso”. Dice que el puente ubicado en el trayecto al pueblo: “está virocho, antitécnico ya que solo puede cruzar un carro a la vez”. Además que desde hace varios años han solicitado al Consejo Provincial la construcción del puente que una a la carretera principal con la escuela 4 de Noviembre la única que existe en el lugar y donde los alumnos llegan atravesando a píe el profundo, seco y polvoriento río o estero que en invierno anega el sitio dejándolo intransitable para los vehículos y los lugareños deben pasar al hombro a los más pequeños y los víveres que adquieren en el centro de la urbe.  

“Hace tres años oficiamos al Consejo Provincial y constantemente viabilizábamos los trámites para que nos edifiquen ese puente; conversamos con el Ing. Víctor Espinoza, ellos nos prometieron el puente. Hicieron los estudios y fue  aprobada la construcción pero no han cumplido” explica Reyes. Temen por la cercanía del invierno pues se quedan aislados. Añade que la presidenta de la Comuna doña Julia Ávila, no se pronuncia al respecto y que no informa a la comunidad, mensualmente, de los trámites que ella realiza a favor de Ligüique. De las telecomunicaciones dice: –“No llega la señal, para una emergencia tenemos que subir a 100 metros en las lomas para poder llamar, y eso cuando el viento está durito porque si está calmo no se agarra señal”–.

            A pesar de la dura situación los habitantes de Ligüique no se amilanan ante la falta de circulante y de empleos en el sitio. También saben que las gestiones para conseguir obras son engorrosas pero sí hacen el llamado a las autoridades para que no les desamparen e inauguren el Buen Vivir en la zona rural, donde dicen, los trabajos son escasos, las mujeres tienen que buscar el centro de Manta para laborar lo cual es difícil. La única ocupación en Ligüique es la pesca; sin embargo, los bancos de peces están lejos y los pescadores deben arriesgarse llegando hasta Perú o las Islas Galápagos, donde es prohibido pescar. Razones por las que quienes se dedican a esta actividad no progresan ya que gastan más dinero en los implementos para salir a faenar que lo que ganan con lo que pescan. “La vida del pescador actual es sufrida. A veces se van dejando a sus familias por 15 ó 20 días y solo vienen con 10 ó 20 dólares, la poca captura que hacen la aprovechan los dueños de barcos o los comerciantes. Los sufridos pescadores son marginados en la paga”. “La agricultura ha decaído casi en su totalidad ya no es rentable como antes”, exterioriza.

            La conversación llega a su fin pues don Vicente Reyes sale en su último viaje del día hacia el centro de la ciudad. Don Crisanto Reyes aprovecha para saludar a Manta en su aniversario de cantonalismo y le dice a las autoridades municipales que no se olviden de la zona rural, que allá también hay niños deseosos de estudiar; personas que necesitan sub-centro de salud, servicios básicos eficientes, obras primordiales para que la gente no se vea obligada a realizar éxodo a la ciudad. Dice que los pescadores se están agremiando a través de una Cooperativa Artesanal de Pescadores para conocer y cumplir sus responsabilidades pero al mismo tiempo defender sus derechos por lo que el llamado a la Subsecretaria de Pesca es que los apoyen, que les den respaldo. Que ellos no reniegan de su tierra, ni de la administración municipal pero sí solicitan la atención debida que constitucionalmente les corresponde. Que Ligüique es un bello sitio turístico y requieren aprovecharlo para lo cual es necesario se los dote eficientemente de agua, electricidad, salud, telecomunicaciones, vías internas en buen estado, etc.; concluye exhortando a todos los habitantes de las zonas rurales de Manta exigir a sus líderes que gestionen y cristalicen obras mancomunadamente. A los representantes del Municipio de Manta y del Consejo Provincial, que no olviden sus orígenes, que los pescadores y agricultores rurales también son parte del sector productivo, cultural y ancestral de Manta. 

Esperemos que en la actualidad la situación socio-económica de este importante sector haya mejorado, pues la política del Alcalde de Manta, Ing. Jaime Estrada Bonilla, es inclusiva y busca mejorar el nivel de vida de los mantenses en general.    
                       
POR: FRANKLIN PINELA MANTUANO

MUSEO DE MANTA

Vigorizando la cultura
Hija de madre francesa y padre alemán, la Dra. Jacqueline Simon de Munizaga, llegó a Quito – Ecuador, desde su natal Francia, a los 4 años de edad. Hoy a sus 65 años, hace realidad otro de sus añorados sueños, consolidar y edificar, en Manta, el Museo Etnográfico Cancebí, del cual es su Directora. La realización del proyecto cultural – ancestral fue coadyuvado con gestiones del Municipio de la ciudad, del Fondo de Salvamento de Patrimonio Cultural (FONSAL) y, del Ministerio de Industria y Productividad (MIPRO). El objetivo, trascender los valores autóctonos enraizados en el modus vivendi del “Cholo” y del “Montubio” manabitas, tradiciones y herencias de antaño que las futuras generaciones no deben dejar morir.

Con modales refinados y corteses, Jacqueline explica la procedencia del nombre de la joven institución, dice: – “Cancebí, arraiga las tradiciones del “Cholo – pescador” y del “Montubio o Campesino” de Manabí;  fue un señorío muy grande asentado en toda la franja central de la costa manabita que se extendió desde Charapotó hasta la provincia de Santa Elena, entre los años 800 después de Cristo hasta 1526 cuando inicia la época colonial”. Añade que desde que se jubiló del Museo del Banco Central, hace 10 años, se concentró en llevar adelante la ilusión que siempre albergó en su interior, crear un museo etnográfico en Manta. Las gestiones fueron difíciles ya que no le daban la apertura necesaria en la municipalidad u otras instituciones. Hace 3 años el cabildo local le aceptó el proyecto para lo cual compró el antiguo edificio, que en algún histórico momento, fue la “Casa Azua” y terminó siendo el “Hotel Aragón” de don Pedro Quiles, un altruista español que vivió en Manta y fue miembro del Cuerpo de Bomberos de la ciudad.

La vetusta infraestructura (en el momento de la compra) data desde 1918, fue edificada por su dueño, Ramón Virgilio Azua, quien utilizaba la planta alta como vivienda y la planta baja fue una prospera casa comercial –Casa Azua– dedicada a la exportación de algodón. Después el inmueble fue vendido a la familia Abce, los nuevos propietarios crean el Hotel Midland. Luego don Pedro Quiles adquiere la vivienda transformándolo en el Hotel Aragón; años más tarde pasa a manos de la familia Balda. Posteriormente, el dueño es el Dr. Medardo Cevallos, más tarde es de la AGD, luego del Banco Central de Ecuador; finalmente la vieja casona es vendida al Municipio de Manta con miras a convertirse en el museo que apasionadamente proyectaba Jacqueline.

El edificio estaba casi destruido por su abandono y antigüedad, el alcalde Jaime Estrada Bonilla, acogió el concepto de continuar el ideal de la altruista promotora, entonces ofició formalmente a Patrimonio Cultural en Quito para que a través del Fondo de Salvamento de Patrimonio Cultural (FONSAL), la edificación sea restaurada con la fachada y modelo arquitectónicos original. Se contrataron técnicos de Cuenca para hacer los estudios museológico y museográfico y, de esta manera, avalar la obra que aparte de ser didáctica y pedagógica prevé convertirse en uno de los atractivos turísticos de mayor relevancia cultural – ancestral de los mantenses abierta al mundo entero.

Fue el artista multifacético René Pulla, cuencano, el encargado de recrear lo más real posible esta nueva joya arquitectónica enfocada en salvar y dignificar la memoria del “Cholo – pescador” y del campesino, el montubio, fuerzas productivas autóctonas de Manabí relevantes en la historia del Ecuador que en su momento fue considerado “El Granero del Mundo” y actualmente enaltecen a Manta con su pesca artesanal e industrial, ciudad conocida como “La Capital Mundial del Atún”.

Las nuevas formas de hacer infraestructuras con hormigón armado relegaron a las tradicionales casitas de caña guadua con techos de cadi. Así mismo, el aparecimiento de las tecnologías obligaron la extinción de los ancestrales utensilios utilizados en las casas campestres y jornalerismo; también el constante éxodo del campo a la ciudad, son inevitables factores sociales que a futuro vislumbran un desconocimiento total de la cultura patrimonial; costumbres de tiempos pasados que el Museo Etnográfico Cancebí, está rescatando para contarles a las nuevas generaciones sus procedencias; raíces que germinaron monte adentro, bañados por la naturaleza y riachuelos mansos en verano y caudalosos en invierno. A la par, aquellos que dejan a sus mujeres e hijos para adentrarse a la mar y sobre una barca, continuando con el legado de los aborígenes de la Cultura Manteña, buscan el sustento familiar.

Doña Jacqueline, mujer extranjera de nacimiento y ecuatoriana de crianza y corazón, cuenta que sus estudios los realizó en Quito, la primaria en el Colegio Americano, la secundaria en el colegio Nuestra Madre de la Merced, luego de su graduación estudió particularmente tres años de pintura y dibujos. Después entró a la universidad Católica y se profesionalizó en Tecnología Médica, es Laboratorista por lo que trabajó tres años en un laboratorio clínico. Posteriormente invirtió 12 años de su vida como guía turística en Metropolitan Touring, habla perfectamente: inglés, francés y español. Admite que su deseo más profundo era estudiar Arqueología (antropología) pero en aquel entonces no había una facultad que impartiera esa carrera. Sin embargo, la experticia que tiene en museos la adquiere cuando se emplea en el Museo del Banco Central – Quito (MBCE), en esta entidad laboró por 20 años. Contrajo nupcias en la capital de los ecuatorianos con el chileno Gustavo Munizaga, médico traumatólogo, creador del Departamento de Ortopedia y Traumatología en la clínica del Seguro en Manta, razón por la que, en 1978, Jacqueline solicita al MBCE el pase a Manta, ellos le dieron la oportunidad de crear una extensión en la ciudad puerto, convirtiéndose en la fundadora del Museo Arqueológico del Banco Central – Manta.           

Recuerda con agrado y añoranza lo fascinada que se sintió cuando llegó a Manabí, dice: –“Me volvieron loca las casitas de caña con sus techos de cadi, los ceibos, la campiña, su gente maravillosa, etc., desde entonces mí mente se centró en proyectar y consolidar la creación de un museo etnográfico en Manta. Hoy, a mis 65 años de edad, el sueño ya es una realidad”–. El 3 de noviembre de 2010, a las 19H00, abre sus puertas el Museo Etnográfico Cancebí. Desde el día 4 del mismo mes y año la entidad acoge al público en general. La entrada para los adultos nacionales y extranjeros es de un dólar, niños y estudiantes 50 centavos, las personas con capacidades especiales ingresan gratuitamente. Estos valores se utilizarán en gastos que el museo tendrá para el constante mantenimiento. Además, el Municipio seguirá apoyando el funcionamiento de esta casa cultural ya que el clima de la costa es cambiante y en invierno reaparecen insectos y bichos que podrían malograr las recreaciones que son de caña guadua, cadi y demás instrumentos propensos a riesgos. De ahí, la importancia colaborativa y continua del  Municipio para dar mantenimiento al museo, motivos por los que los días lunes no atenderá al público.

La recreación cultural expositiva del museo consta de varios aspectos: 1°- Las ancestrales casitas de caña con techos de cadi. Vivienda con arquitectura manabita, con piso de madera, dentro está una mujer cocinando en el fogón de caña, allí mismo está el soto o sote (canuto) que es para soplar y avivar la candela (fuego) de entre los leños o carbón. También el “gustador”, un hueso utilizado en el caldo para darle gusto a la comida, luego lo subían y guindaban en el techo hasta la siguiente sopa. La tenaza, utensilio necesarísimo para coger los carbones y acomodarlos o para revirar los plántanos mientras se asan. El horno donde está el carbón o leña y arriba una rejilla donde va la olla que puede ser de metal o vasijas de barro donde se cocina el arroz y, la infaltable cuchara confeccionada a base de “mate” planta tradicional de los campos manabitas. Dentro de la casa también se ha recreado la cuja, el petate, se visualiza a un hombre de campo acostado en una hamaca. En la esquina de la cocina hay una pequeña repisa con un altar donde reposa una figura religiosa y junto a ella una velita. También está la bacinilla de palo utilizada en las noches por las damas del hogar.  

2°- La recreación exacta del “Cholo-pescador” en su natural ambiente, la playa, mientras acomodan los pescados en los bongos y jalan (halan) las redes, aún lado la mujer del pescador con una batea llena de peces en el hombro, agarrando a la vez un palo para espantar a las gaviotas que pugnan por agarrar uno que otro pez. Todo es acompañado de un audio cuyo fondo permite escuchar el mar y los constantes retumbes del vaivén de las olas.   

3°- Aquí aparece el agricultor, un jornalero hundido hasta las rodillas en el agua acumulada en una parcela, él está inclinado sembrando las matitas de arroz; al lado del hombre está un bumque con el pilón que usaban para apilar el arroz luego de ser cosechado y secado. También aparece el garabato, el machete, el canasto, la carretilla de madera, todos los implementos del agricultor.

4°- Nuevamente el pujante y animoso agricultor utilizando su peculiar vestimenta, las botas, el sombrero, carga a su espalda un racimo de verde, mientras el sudor recorre sus mejillas. Es una representación característica de aquel ser humano que sin haber llegado a una universidad conoce cuando el invierno será malo o bueno; además sabe los secretos para producir la tierra.  

5°- Reaparece el montubio del campo manaba montado en un caballo, su primordial medio de transporte. Aquí el hombre está secándose el sudor de su frente, mientras que el símbolo representativo para la movilidad de recinto en recinto, el caballo, expone todos sus implementos, los aparejos, hierros, el freno, la baticola, la montura o galápago de madera, estriberas y estribos, espuelas, las alforjas donde el campesino traslada sus alimentos u otros insumos, etc. En todos estos aspectos se recrean los quehaceres cotidianos y en el ambiente más original posible, de las culturas “Chola” y “Montubia” del manabita.

Ya en la parte posterior de donde se ubica la casita de caña, está el corral con una chancha grande y sus tres críos. Al lado, se encuentra el gallinero, una jaula pajarera, las gallinas, el nido, los huevos, una batea de lavar la ropa, el jabón prieto, etc.; luego el visitante sale por una puerta y se traslada al modernismo. Allí se exhiben los primeros objetos, también etnográficos, traídos por los europeos. Hay cosas antiguas de Italia, de Alemania, de Francia… de distintas partes del mundo, como: Maquinas de cocer, maquinas de escribir, maquinas calculadoras, extinguidores de fuego, aires acondicionados, radios, instrumentos musicales auténticos, el famoso sombrero de mocora que usaban antiguamente; el sahumador que es una especie de jaulita de bejuco que en su parte inferior, justo al centro, se ubica una pequeña vasijita con pedacitos de carbón donde se colocaba alucema, una hierbita que da muy buena aroma y que las mujeres recién dadas a luz utilizan para desinfectar y secar los pañales del niño. Se exteriorizan también 15 planchas, las de gallito, de calentar, planchas que se utilizaban para estirar los sombreros de paja toquilla, maquinas fotográficas, teléfonos y relojes antiguos, etc.

Dos paredes estratégicas del museo se han llenado de versos manabitas, amor fino, picante, de amor y romántico; hay dos poemas, uno dedicado a la viuda del pescador, esa mujer que va a la playa esperando que su hombre regrese, cosa que en algunos de los casos no ocurre. La siguiente poesía toma el nombre de Manabí Cafetalero, describe el granito de café, la semilla desde el momento en que lo siembran y la plantita germina, hasta cuando el café termina en sacos para transportarlos a otros horizontes para que la gente se lo sirvan y lo degusten. Estas muestras se observarán solo en la segunda planta del museo. 

En la planta baja, se han puesto tres almacenes destinados única y estrictamente a las artesanías manabitas. Un almacén de paja toquilla, otro de cerámicas de La Pila,  el último será dedicado a la tagua, concha Spondylus y coco; todos estos materiales deben ser autóctonos de Manabí. Así mismo, hay una sala de capacitación donde se darán cursos para nuevas ideas de producción e ir perfeccionando lo existente. Al fondo, se ubica una cafetería que expenderá café de Jipijapa, 100% manabita; también corbiches, pastelillos, panes de almidón. Al otro lado de la misma planta baja, hay un salón muy grande multiuso que servirá como galería de artes, la primera exhibición a realizarse allí, será la Exposición Pictórica con Dibujos en Tinta del artista cuencano René Pulla.

Luego el salón será destinado, por un mes, a presentar todo lo que es paja toquilla, desde la fotografía que identifica la planta y todo el proceso, cómo extraen la paja toquilla, cómo la hierven, cómo la secan, cómo la purifican y luego cómo la trabajan. Habrá un artesano que se dedicará al tejido de la paja toquilla, de esta manera la explicación será didáctica para los turistas o visitantes. El siguiente mes, será el turno de la tagua. Se mostrará la planta, la mococha, el corte, elaboración de artesanías, al igual que con la paja toquilla estará un artesano confeccionando estos productos. Luego, un mes para la cerámica, un productor de La Pila, trabajará la arcilla, la cerámica, mostrando todos los procesos de producción. 

Así mismo, se socializará un programa de visitas al museo con los centros educativos (escuelas y colegios) donde se prioriza la organización y la responsabilidad cultural. Los representantes de las instituciones de educación deben llamar o personalmente separar citas para los recorridos que deseen. Según la cantidad de estudiantes interesados en las exposiciones, se harán grupos de 20 educandos para que las explicaciones de la exhibición sean más personalizadas, concluye la Dra. Jacqueline Simon de Munizaga, mujer multifacética que está agradecida con el Municipio que ha desembolsado 150 mil dólares aproximadamente para cristalizar la obra. Así mismo al MIPRO cuya colaboración fue de 50 mil dólares. La recreación de los escenarios son a base de caña guadua, cadi, maniquíes de fibra. Ahora el llamado a la sociedad es para que asistan al museo y evitar que el folclor manabita desaparezca.  

POR: FRANKLIN PINELA MANTUANO,
EN TRABAJO SOLICITADO PARA SUPLEMENTO DE DIARIO "EL MERCURIO" DE MANTA.